Cómo abrir un despacho de abogados desde cero
Cuando un emprendedor pone en marcha su negocio, la escasez de recursos económicos y la captación de clientes suelen ser sus principales preocupaciones, y el sector de la abogacía no es una excepción. Nuestro compañero Alfonso Everlet, ofrece su opinión a Cinco Días Legal para afrontar estas dificultades iniciales.
Enfocar el despacho como una empresa
Afonso explica que “muchos abogados se centran en el punto de vista burocrático y se olvidan de lo más importante que es reflexionar sobre cuál es su visión, su modelo de despacho, con qué ventajas competitivas cuentan o cómo se van a dar a conocer».
Precisamente, un aspecto que resulta inaplazable cuando se constituye un bufete, o cualquier otra empresa, es la captación de clientes, ya que como indica Alfonso “los clientes no llegan solos y sin ellos no hay despacho”. Por ello, la inversión en las áreas de marketing, comunicación y desarrollo de negocio, son una prioridad en los inicios y por ello, “apoyarse en una consultora externa de marketing puede evitar muchas pérdidas de tiempo y dinero”, apunta. “Es muy habitual que el abogado que empieza de cero quiera hacerlo todo, desde llevar las redes a hacer sus propias campañas de publicidad, pasando por la llevanza de la contabilidad e impuestos, la gestión de los recursos humanos o la tecnología; pero esa forma de entender su propia empresa es un freno al crecimiento”, opina.
Captar clientes
Conectar con otros profesionales del sector, a través de actividades de networking, o invertir en plataformas de captación como los marketplaces jurídicos, son buenas opciones para que al abogado consiga a sus primeros clientes. A esta lista de acciones, Everlet añade las campañas de anuncios de pago en Google o en redes sociales para unos resultados más inmediatos, así como apostar por una estrategia de posicionamiento orgánico en Google (SEO) a través de la generación de contenidos, más sostenible a medio y largo plazo.
Errores más comunes al crear tu propio bufete
- No tener clara la hoja de ruta.
- No preguntar.
- Hacer una gran inversión.
- Venderse como especialista en una materia sin serlo.