Crear un despacho de cero, el reto de marcar la diferencia
David Muro, escribe para Cinco Días sobre el reto de marcar la diferencia a la hora de crear un despacho de cero.
A lo largo del artículo, David habla sobre la creciente tendencia de los abogados a montar sus propios despachos, alejándose de las grandes firmas para tener más libertad y perseguir su visión empresarial. Las causas de ello son muy diversas y van desde la necesidad de sobrevivir en un mercado laboral competitivo, la especialización en un área concreta, hasta la presión que ejercen las grandes empresas o el deseo de emprender.
Marcar la diferencia es clave
La clave del éxito radica en tener un modelo de negocio claro, valores irrenunciables y un estilo propio que les haga únicos y diferenciarse de su competencia. La diferenciación es clave, y los abogados que han tenido éxito en la creación de sus despachos han sido aquellos que han encontrado algo propio que les hace diferentes, como una especialización concreta, la tecnología puntera o una estructura de despacho clásica.
Como dijeron Nordström y Ridderstale, consultores expertos en management: “Existen demasiadas empresas similares que emplean gente similar, con una formación académica similar, que trabajan en roles similares y suelen generar ideas similares”. De ahí que la diferenciación sea la clave.
«En estos últimos años he tenido la gran suerte de participar activamente en el lanzamiento de numerosos despachos, nuevas marcas que intentan hacerse un hueco en el mercado, algunas con mayor número de recursos, otras con los justos, firmas boutiques con una gran especialización en derecho concursal, derecho de aguas o derecho fiscal de grandes operaciones, por poner algunos ejemplos. Se trata de proyectos basados en tecnología puntera, estructuras más clásicas e, incluso algunos proyectos cuyos fundadores, insultantemente jóvenes, dicho sea de paso, basan la venta de sus servicios a través de las redes sociales. Todos ellos tenían un denominador común: tenían algo propio, una identidad y estilo que les hacía diferentes. Algunos lo tenían muy claro y otros lo vieron más tarde, pero finalmente todos dieron con ello. Su diferencia les hacía únicos, sus valores, propósito y visión del negocio les hacían capaces», explica David.
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